lunes, 30 de marzo de 2015

«Django desencadenado 2»

En Django desencadenado 2, Quentin Tarantino va un poco más allá de lo que proponía en la película original.


Resulta que Django ya es el pistolero más rápido del Oeste y el azote de los blancos del sur. Entonces, como está harto de toda esta basura esclavista y racista, siente que debe atacar al corazón del problema: al racismo en general. Así que conoce al profesor Von Freudberg (Christoph Waltz, pero mejor disfrazado para no confundirlo con el Christoph Waltz de la primera peli), que inventa una máquina del tiempo que llevará al pistolero a la Grecia clásica. 

Allí, Django conocerá a Platón, que es un racista de cuidado. El plan de Django es sonsacarle al filósofo el paradero exacto del conocido "mundo de las ideas", para que nuestro héroe pueda acceder, buscar la "idea" de racismo y partirle la cara hasta dejarla seca. Platón, en su desprecio hacia los negros, no solamente le niega esa información a Django, sino que le humilla públicamente violándole en el ágora con ayuda de muchos compatriotas. Despojado de sus armas y profanado, nuestro vaquero, en un momento de despiste, embiste a Platón por detrás y le arranca la nariz. Mientras el griego se retuerce y profiere todos los insultos racistas que caben en un guión de Tarantino, Django recupera su pistola y decapita a balazos a los doce hombres que se atrevieron a tocarle, empapando de sangre toda la plaza. Seguidamente, intercepta a Platón en su huida y le aplasta la mano con la bota. Para que no escapara más, le dispara a los dos talones y, como castigo capital, le revienta el juguetito. Con el pie estrujando todavía la mano del filósofo, le consigue sonsacar la ubicación exacta del "mundo de las ideas".

Podría contaros el resto, cómo Django, desencadenado, este motherfucker peligroso, penetró en el mundo de las ideas de Platón y lo conquistó a punta de pistola para encontrar la "idea" de racismo y machacarle los huesos hasta que rogase por la "idea" de clemencia, sin conseguirla, porque Django le atravesó la cabeza con su último tiro.

Pero mira a tu alrededor y confírmame que esto de verdad ha sucedido. ¿Está muerto el racismo? ¿Ha bañado el suelo con sus sesos esta idea? Más bien no.




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